jueves, 30 de julio de 2009

Encuentro cercano con el blin blin


Hoy caminaba con Circe cuando vimos que desde el final de la calle se acercaba un grupo de muchachos con pinta algo extraña. Eran como seis vestidos con ropa demasiado holgada y con gorras. Me asusté y empecé a pensar cómo cruzar entre ellos. Creo que por un acto reflejo, ajusté la correa de Circe (sabía que ella me defedería con su vida, si fuera necesario :S) y empuñé con fuerza mi iPod. Planeaba quedarme quieta hasta que ellos pasaran. Como flashback recordé la vez que me asaltaron al salir de noche de un centro comercial en Lima. La verdad es que estaba muy asustada.



Cuando finalmente llegaron a mi lado, uno de ellos me dijo algo, yo solo podía ver el gran símbolo de dólar dorado que colgaba de su cuello a la par de muchas otras cadenas, su gorra vuelta atrás, su camisa súper floja y los anillos de sus dedos. El muchachito no debía de tener más de 12 años, me preguntaba por una calle, le dije que no la conocía. Mientras tanto, Circe estaba encantada saltando alrededor del chico, mientras los otros le acariciaban la cabeza y ella les regalaba lamiditas y saltitos. La jalé y seguimos caminando. Ellos siguieron su camino. Circe no sirve para perrito guardián.


En el camino pensaba en por qué los había juzgado de delincuentes por la ropa que llevaban. Definitivamente, esa onda hip hop urbana reguetonera me está confundiendo.



El otro espejo 2008 © Blog Design 'Felicidade' por EMPORIUM DIGITAL 2008

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