miércoles, 29 de octubre de 2008

Solas

Acabo de ver una película española que se llama Solas (1999)

de Benito Zambrano.


María es una mujer que a los 35 años no sabe que hacer con su vida. Su padre enferma y es internado en un hospital de Sevilla, su madre (Rosa) se queda unos días en su casa. A pesar de que María odia a su padre por los golpes y maltratos como fue criada, tiene el mismo carácter y vicios que él. Rosa es una anciana que a pesar de haber llevado una vida llena de sufrimiento busca la bondad en las personas. La vida de madre e hija discurre en un edificio de Sevilla, donde conocen al anciano (el vecino) jubilado, quien se resiste a compartir la vida con los demás humanos y solo acepta la compañía de Aquiles, su perro, tan anciano como él.



Creo que el título de la película es muy sugerente. La soledad interna de cada uno de los personajes duele, a algunos más a algunos menos; pero está siempre presente. Es como si el alma tuviera callos y haga imposible abrirse con otro. No creo que el director haya querido dejar una enseñanza moral con esta historia. Pero me gusta este tipo de películas, sin efectos especiales, sin diálogos enrevesados. Es la historia de cualquiera de nosotros. Imagino que mi historia también puede servir para un guión, eso me divierte.

viernes, 24 de octubre de 2008

Recuerdos

Después de muchos años recuerdo mis tardes en la San Marcos, las tardes de invierno con el cafecito en la mano (a veces ese cafecito era matizado con un poco de ron) para aguantar el frío húmedo de Lima, sentados en las bancas en plena conversa, sin ninguna preocupación… viendo la vida pasar… Charlie, Pipiolo, Efímera, las Temibles (Rocío, Giulianna y Anita), Doris y sus crisis existenciales, la ñanga de Carlitos, Lula, Pepe Nacho, Mariano, Virginia, Alan, Paul… Las vueltas que da, la vida al pasar.

jueves, 23 de octubre de 2008

Otra mirada a CR

Ahora que tengo un poco más de tiempo puedo “bloguear” y me he encontrado con algo que escribió el poeta dominicano, Juan Baéz. Me ha gustado mucho cómo describe CR, es una mirada a través de sus ojos. Genial. Aquí una muestrita.



“Desde hace unos minutos, estoy parado en una soda de la UCR espiando a una pareja de lesbianas que se besa con timidez mientras por todas partes los estudiantes con mochilas y carpetas pasan con sus bandejas y se sientan a desayunar. Una es rubia y tiene los ojos verdes y lleva una bufanda. La otra es morena con el pelo corto, de unos dieciocho años y lleva una camiseta de Hello Kitty. Esta tiene un arito en la lengua. Debe ser la primera vez que se besan. Con los ojos cerrados, apenas se tocan los labios y se estrechan por tan solo unos segundos. Cogen aire y se sostienen de la mano con cariño. Después de unos minutos, proceden a besarse de nuevo. Este es un beso más fogoso en el que separan las bocas y se muerden y mezclan saliva. Aunque de repente la morena me mira con el rabillo del ojo y temerosa se sobresalta e interrumpe el beso. Lo interrumpe, por supuesto, ya que estoy a unos tres metros con una mochila enorme en la espalda, parado, mirándolas como si tuviera una cámara y las estuviera grabando.



Salgo de la soda y camino a la Facultad de Letras donde hay una charla sobre poesía que inició a las nueve. Se supone que debo participar en esta. Ya son las diez. ¿Pero dónde está la Facultad de letras? Una muchacha me indica el lugar sin quitarse los audífonos del iPod. Sigo un sendero, pasándoles por el lado a estudiantes que se besan al aire libre. De pronto, me siento como Buñuel cuando llegó a Paris en los años veinte, mirando a todas las parejas que se besan entre los árboles y los bancos de los alrededores. Nunca había visto tanta gente besándose. Nunca había visto tantos piercings y tatuajes. Pero sobre todo, no había visto tanta gente besándose. ¿Son tan caros los moteles por acá?


…………



Se da el caso de que arribé a Costa Rica justo empezando el invierno. ¿Qué significa esto? Lluvia. Muchos aguaceros. Llueve sin parar desde mayo a noviembre. Durante estos días, en San José, el sol sale exclusivamente en la mañanas, al mediodía se ennegrece todo el firmamento y a la una ya está lloviendo sin cesar. Lo extraño de los ticos es que no andan nunca con impermeables ni con sombrillas o paraguas, es como si vivieran en otro tipo de clima, como si pensaran en su fuero interno o tuvieran más bien la esperanza de que tal día no lloverá y que van a poder a salir a la calle y caminar bajo un sol brillante y sin esquivar charcos. Estoy seguro de que los ticos y las ticas ven la lluvia tras una ventana y murmuran sorprendidos: “¡Pucha, está lloviendo!”. ¿Cómo que está lloviendo? Siempre está lloviendo. La sorpresa es más bien: “¡Pucha, no está lloviendo!”. Al igual que en la isla, debe haber un problema con la credibilidad de los meteorólogos en este país. ¡Cuántos peinados estropeados he presenciado! ¡Cuántos zapatos y tacones estropeados! ¡Cuántas medias y ropa interior hediondas y podridas! Ahora bien, lo que sí llevan, lo que no olvidan nunca en casa, sobre todo en la UCR, son los aretes de sus respectivos piercings, al extremo de que cuando me preguntan si me gusta San José, siempre respondo que me voy a quedar en San José y abrir una tienda de piercings y tattoos para hacerme millonario. Ya tengo incluso el nombre de la tienda: NO VA A DOLER.


……



Sigue lloviendo y los cristales del autobús empañados. Con el dedo índice derecho escribo mi nombre en el cristal para borrarlo a los pocos segundos. Observo las fachadas de casas, el tránsito, los peatones con paraguas y la lluvia. Me gusta San José. De verdad me gusta. Es como un París tercermundista. O un París para tercermundistas.”

Alegría del cronopio (Cortázar)


Encuentro de un cronopio y un fama en la liquidación de la tienda La Mondiale.



- Buenas tardes, fama. Tregua catala espera.



- ¿Cronopio cronopio?



- Cronopio cronopio.



- ¿Hilo?



- Dos, pero uno azul.



El fama considera al cronopio. Nunca hablará hasta no saber que sus palabras son las que convienen, temeroso de que las esperanzas siempre alertas no se deslicen en el aire, esos microbios relucientes, y por una palabra equivocada invadan el corazón bondadoso del cronopio.



- Afuera llueve —dice el cronopio—. Todo el cielo.



- No te preocupes —dice fama—. Iremos en mi automóvil. Para proteger los hilos.



Y mira el aire, pero no ve ninguna esperanza, y suspira satisfecho. Además, le gusta observar la conmovedora alegría del cronopio, que sostiene contra su pecho los dos hilos —uno azul— y espera ansioso que el fama lo invite a subir a su automóvil.

Las muletillas

Cuando llegué a estas tierras, una de las cosas a las que me costó acostumbrarme (y me sigue costando) es el sociolecto, en palabras fáciles, la jerga del lugar.


Es común escuchar que las personas (en especial la gente joven) se refieran entre ellos como “maes” (que es como “pata” o a veces como “huevón”). Es divertido escucharlos decir hasta cuatro veces esta palabrita en una oración: “Mae, vea que mae tan mae ese mae” lo que se puede traducir como: “Hey, mira que tipo tan tonto”.



Otra cosa es el término “diay”, cuyo significado varía dependiendo cómo y cuándo se diga. Es muy gracioso, porque depende de la entonación que uno le de para que indique admiración o fastidio… siempre me sorprende esta palabrita.



A diferencia de mi paisito, acá la palabra que remplaza al clásico “…, no” al final de las oraciones es el “…, verdá?” Con esto no tengo mayor problema, aunque me disgusta su uso excesivo, pero, diay, qué se le va a hacer (jo, jo, ya estoy aprendiendo a usarlas).



Algo más que resulta aún complicado entender es el uso del lenguaje, o sea en Perú, o tuteamos o hablamos de usted (tercera persona). Acá tutean, vosean y hablan de usted… o sea ya se me hace un zafarrancho, cada persona tiene un modo distinto de hablar y depende con quién esté hablando. A mí, particularmente, me molesta el voseo (parecido al argentino, pero diferente… sí... complicado), ya que destruyen las conjugaciones verbales. El que me traten en tercera persona me resulta aceptable, aunque siempre preferiré el tuteo. Me han comentado que acá solo tutean los más ignorantes, no sé cómo debería entender eso, creo que lo tomaré por el lado amable.



¡Ah!, pero falta lo más importante: la gran mayoría no sabe pronunciar la “rr”. No entiendo porqué a algunos no les sale la “rr”, es divertido escucharlos intentar decir rrrrrr… Hasta existe una página web súper divertida que se llama nosedecirlaerre.



Con todo, la gente acá es alucinantemente simpática. No conozco a muchos peruanos acá, y como hablo todo el día con ticos, espero que no se me pegue el habla. Resistiré… resistiré.

martes, 21 de octubre de 2008

La comidita

Hoy prepararé la cena, me gusta mucho cocinar, sin embargo, pensar y pensar qué hacer es demasiado complicado. Estaba en eso cuando hablé con José (en Lima) y me sugirió que preparara algo bien peruano. Sonreí, pobre José si supiera que acá no existen algunas especerías que encontrabas en los mercados y en menor cantidad en los supermercados.



El hecho es que el éxito de muchas comidas en casa de mis padres dependía de la sazón y condimentos extraños que mezclaba la señora del mercado. Mi madre contaba con su “caserita” que dejaba listo el aderezo para el ají de gallina, o escabeche, o pato asado, o lo que fuere. Bastaba que mamá dijera “hoy haré arroz con pollo”, y aquella señora en medio de ajos, orégano, ají amarillo, ají mirasol, pimienta, etc., cuchara de palo en mano, estaba presta haciendo el mejunje para el plato del día.



Cuando mamá se fue a Italia, me heredó a la “caserita”, pero me duró todo muy poco porque me mudé a otro distrito, y ahora estoy mucho más lejos; y creo que no probaré esas mezclas en mucho tiempo.



Menos mal que Da no se estresa tanto como yo al momento de decidir, él es feliz con un poco de frejoles (lo siento Charly, siempre serán frejoles para mí), arroz, brócoli y atún. Da puede comer eso todos los días; es increíble.

lunes, 20 de octubre de 2008

Súper Mercado

Ayer un muchacho en el súper mercado me preguntó lo de siempre: "Usted no es de acá, ¿verdá?" (con el signo de interrogación bien marcado, acá enfatizan mucho más que en Perú), luego de mi negativa me volvió a preguntar que si me gustaba acá; y claro que me gusta, pero me moría de ganas de decirle que no para saber qué me diría, pero Da estaba apurado porque quería ver el fútbol en casa y contesté que sí, y sonreí. Me pregunto qué hubiera pasado si le decía que no.

Llegada

Han pasado algunos meses desde que me mudé a Costa Rica, y creo que nunca dejarán de sorprenderme cómo son algunas cosas en este país. Digo… a pesar de que San José es una ciudad latinoamericana, tiene tantas diferencias respecto de mi gris Lima.


Afortunadamente, la comunicación en estos días ha mejorado gracias a la Internet, y creo que ahora hablo más con mis amigos que cuando estaba en Lima. Todos (absolutamente todos), me preguntan si ya me he acostumbrado, y les digo a veces que sí, a veces que no, a veces que más o menos… realmente aún estoy confundida.

El otro espejo 2008 © Blog Design 'Felicidade' por EMPORIUM DIGITAL 2008

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